“A
mí me gusta vivir en un ambiente humano. Las plantas, los jardines, los
animales. Eso es también parte del arte porque este no puede estar limitado a
una sola cosa. Se proyecta a todo lo que uno hace”.
LEONCIO SÁENZ vive realmente en un ambiente humano. Su pequeño
cuarto-estudio está al fondo de una hilera de habitaciones ocupadas por
distintas familias obviamente pertenecientes a la clase trabajadora. LEONCIO
vive allí con “La Pocha” (una perra), y siete gatos, CALANDRITO, GATO-GATO,
PINTADO y otros cuatro que todavía no han sido “bautizados”. “El bautizo esta
toda una ceremonia a la que te voy a invitar”.
En
las paredes cuelgan imágenes antiguas, pilares de altares de madera labrada,
cerámica precolombina, todo lo que a LEONCIO le apasiona coleccionar para algún
día “cuando realmente pueda ser disfrutado por toda la comunidad entregarlo a alguna institución que
sea de todos”.
UNA LAPA DE MADERA
Es
un ambiente modesto pero humano. Una lapa de madera ---“porque no he podido
comprar una de verdad”-- cuelga en el
techo. Hay apenas el suficiente espacio para vivir y trabajar con los objetos
indispensables: una cocina, porras, platos y vasos sobre una mesa, un televisor
que recientemente adquirió, un colchón sobre el suelo, tres baúles antiguos, y
libros, lápices, papeles y pinceles desparramados por todas partes.
LEONCIO además es, él mismo, de verdad humano: modesto, sencillo,
accesible. Está dando los últimos toques a unos murales que entregará en los
próximos días para un nuevo centro comercial. Con él trabaja GABRIEL CUADRA
CENTENO. “Este tipo de trabajos no se hace solo. Eso es mentira. Siempre hay
alguien que le ayuda a uno y eso hay que reconocerlo”.
CASO EXTRAORDINARIO
El
caso de LEONCIO SÁENZ es extraordinario: “De origen campesino, desde hace 24
años está completamente dedicado al arte: la escultura, el dibujo, la pintura.
También diseña parques y jardines, cosa que no he podido hacer más que una vez,
porque “quien me va a encargar ese tipo de cosas…?”
Su
valor como dibujante, pintor y escultor ha sido reconocido tanto en Nicaragua
como en el extranjero. LEONCIO ha dibujado incontables carátulas de libros de
autores nicaragüenses, ha colaborado en revistas, diarios, etc.
También ha sido escultor y muralista. Como pudo un muchacho campesino
que a los doce años todavía estudiaba en una escuela rural en la comarca de
Palsila, (a dos leguas de Matagalpa) desarrollar ampliamente sus inclinaciones
artísticas…?
CAMPESINO A MUCHA HONRA
“Yo soy campesino, a mucha honra. En mi lugar la gente se dedica a la
agricultura. Yo, desde pequeño pintaba. Empezaba a pintar sobre papel pero en
vez de usar colores ocupaba los tintes naturales de las flores y hojas y con
esos pigmentos fabricaba mis propios tonos. Eso lo descubrí por pura invención,
locuras mías. También hacía en ese tiempo piezas de barro, muñecos, imágenes,
vírgenes. Tenía tal vez 6 años y desde entonces me agarraba esa locura de
pintar…”
Pero cómo te descubriste vos y qué fue lo
que te impulsó a dedicarte por entero a la pintura…?
“Yo no sé si me descubrí, lo cierto es que yo por intuición lo hacía.
Miraba en los libros las ilustraciones y empezaba a copiar. Mis hermanos me
daban lápices de colores y después la
maestra me alentaba. Yo seguía haciendo locuritas. Cuando tenía 14 o 15 años
llegó a Matagalpa una misión con Monseñor Calderón y Padilla. La maestra les contó que yo
dibujaba y les presentaron mis dibujos. Monseñor quedó encantado: le dijo a mi
papá que me mandara al colegio que él me iba a dar la educación por su cuenta.
Así me trasladé por primera vez a una ciudad: Matagalpa, y vivía en la
casa de Monseñor Calderón. Me dediqué más a estudiar y dos años después hubo un
concurso nacional en Bellas Artes con una beca como premio. Yo mandé unos
dibujos y gané. Me vine a Managua y permanecí 10 años en esa escuela hasta que
me dijeron que ya no tenían nada más que enseñarme, y que me fuera. Quiero
recalcar una cosa: el hecho de que sea pintor ahora se debe a Monseñor Calderón
y Padilla porque él fue quien me alentó y si no yo sería agricultor, machetero,
un campesino más. Que conste si, que yo
me siento campesino y no me afrento, me siento honrado de ser de por alá aunque
tengo 20 años de vivir en Managua.
BUSCANDO
LA CULTURA ANTIGUA
¿En qué forma ha influido tu origen
campesino en tu obra?
--“Creo que no tengo mucha influencia del campo, de tipo bucólico. Mi
obra más bien se orienta hacia la inventiva, hacia la creación y la fantasía.
Claro que tiendo más hacia lo histórico, lo precolombino. Trato de redescubrir
la cultura antigua. Yo no me inspiro mucho en la realidad aunque de vez en
cuando hago cosas realistas. Hay quienes dibujan casas, ranchos, etc., yo trato
de transformar la realidad hacia otra realidad. Un estilo basado siempre en
alguna cultura, en alguna tendencia, especialmente lo precolombino.
Y para todo esto tenés que documentarte,
estudiar. ¿Dónde conseguís las obras necesarias?
--“Yo veo cerámica y otras cosas. Tengo libros pero no son suficientes.
A veces, cuando tengo que hacer algún trabajo grande, necesito obras
específicas que yo no tengo ni puedo comprar porque carezco de medios suficientes
o porque no se encuentra. Voy a las bibliotecas y no encuentro nada. No hay
bibliotecas. Es desastroso llegar y no encontrar un libro o una orientación.
Por eso he decidido no volver a asistir a esos centros porque llego a perder mi
tiempo. Tengo que ir poco a poco con mis limitados recursos, comprando libros
para formar mi propia biblioteca. También visito colecciones particulares de
cerámica y he ido formando la mía comprando piezas de una en una”.
Vos, Leoncio, tenés estilo propio. ¿Cómo
fuiste adquiriendo esa forma particular de expresarte?
--“Yo no sé si lo tengo porque hasta ahora nadie me ha señalado que
influencias tengo o no tengo. Vos sabés que aquí la crítica de arte anda en
pañales. Yo más bien creo que tengo del arte precolombino. Ando en busca, te
advierto, no creo que haya todavía encontrado mi propio estilo. Siempre ha sido
búsqueda la mía y he pasado por algunos estilos.
LOS VARIOS ESTILOS
A
veces bastante abstractos y a veces figurativos, entre este último los murales que son bien conocidos. Todo es
un proceso de creación constante, de mucho trabajo y estudio, porque estas
cosas no se consiguen de la noche a la mañana como dicen algunos “hoy voy a
pintar en tal forma”. No es así. Hay que documentarse o hay que sentirlo que es
lo más importante. Yo siento mucho el arte precolombino, el arte popular. Allí
veo las formas. Esos cacharros me han ayudado.
Se dice que muchos pintores nicaragüenses
están en deuda considerable con Leoncio Sáenz. ¿Qué crees vos?
--“Eso es dejar la modestia aparte. Mejor que lo diga un crítico. Aunque
casi tal vez haya algo de eso, y ahora que me preguntás, yo creo que fui el
primero en darle importancia al dibujo aquí en Nicaragua. En Bellas Artes ni
Peñalba lo había hecho. Cuando todo el mundo se dedicaba a pintar cuadritos al
color, a mí me dio por dibujar. En los tiempos en que yo estudiaba, los tiempos
de Morales, nadie desarrollaba el dibujo, y yo lo hice. Desde entonces han
salido otros que creo que me han seguido –muchos lo reconocen—. No el estilo
pero si la tendencia de dibujar como una profesión, como un arte mayor. Ahora
se ve el dibujo pero antes sólo se hacían tímidos bocetos sin darle la debida
importancia o categoría.
LA PARTE VITAL
En la pintura vos has desarrollado todas
las formas: el dibujo, el óleo, los murales. También has hecho vitrales y
esculturas. ¿Qué es lo que más te gusta o lo que consideras que podés hacer
mejor?
--“Vamos a ir por partes. Los vitrales fueron pintados al óleo y todavía
están en la capilla del Palacio Episcopal de Matagalpa. También so escultor
aunque hace tiempo que no me dedico. He hecho esculturas monumentales que están
en residencias particulares porque, son cosas grandes. Siempre con figuras de
ídolos. También en escultura he hecho relieves. Muchas de mis cosas se
destruyeron en el terremoto. Me gusta por igual la escultura y el dibujo aunque
le he dado más importancia a este último porque es más difícil. He atacado la
parte más difícil y me parece que la parte vital de la pintura. Mucho lo
descuidan pero yo sé que es la columna vertebral y creo que se necesita mucha
disciplina para dominarlo. Ahora me he dedicado a los óleos con esto de los murales”.
¿Cuántos murales has hecho hasta ahora?
¿Cuál fue el primero?
--“Creo que los más grandes son los que ves ahora aquí para la Plaza
España. El primero lo hice en el Gran Hotel (todavía está allí)”.
EL MURAL DECORATIVO
¿Qué consideras vos que es el mural en esta
época y entre nosotros?
--“Yo
creo que el mural tiene su importancia en esta época porque llega más a las
masas. Está el problema del estilo, de cómo llegar, para que no suceda como en
el muralismo mejicano. Allá se estereotipó. Hay grandes posibilidades en el
mural aún en los Estados Unidos están ya volviendo aunque con nuevas formas. No
tiene que ser el mural de tipo social como en México. Se puede hace de tipo
decorativo y yo creo que tiene vigencia entre nosotros específicamente porque
estamos empezando. Aquí nunca ha habido una tendencia muralista. Ahora además
todo lo estamos empezando de nuevo, por el terremoto.”
Yo no creo que llegue a las grandes masas,
por los sitios donde están ubicados y porque allí no pueden ir éstas, por
razones obvias…
--“Es cierto pero además no se hacen para que lo entiendan las masas que
es un concepto diferente. Arte es art. Arte por arte. Independiente del mensaje
que pueda llevar. En el medio en que vivimos es para la élite que conoce, que
sabe dónde están y qué son. Es muy difícil que este tipo de arte lo comprenda
el público del pueblo, pero por lo menos se van acostumbrando, lo van viendo.
Como dice Ernesto Cardenal en una entrevista que le hiciste vos, al pueblo no
se puede dar un arte de segunda. Yo estoy de acuerdo con él. Lo que hay que
hace es educar al público para que tenga una cultura elevada y que pueda
comprender. Claro que eso no se logrará ahorita…”
SIN CONCESIONES
¿Cuando vos hacés un mural para alguien
tenés que obedecer indicaciones de quien lo encarga, aún interfiriendo tu
propia creatividad?
--“Nunca. Siempre hago lo que creo, lo contrario sería hacer
concesiones. Yo nunca aceptaría ni nunca he aceptado ese tipo de encargos. Me
dicen o me dan alguna idea sobre el tema pero me dejan completa libertad para
desarrollarlo. No se puede hacer concesiones porque se caería en el
mercantilismo…”
¿Todos los que hacen murales en Nicaragua
tienen esa misma libertad?
--“Lo dudo. Yo me estoy refiriendo a lo que yo hago…”.
¿Crees vos que el pintor nicaragüense está
comercializándose en grado extremo?
--“Fíjate que hay ese grave peligro.
La pintura puede decaer porque la mayoría de los pintores se están
comercializando. La obra está decayendo porque la hacen sin conciencia.
EL
ARTE COMERCIALIZADO
¿O sea que se están dedicando a pintar para
vender rápidamente?
--“Sí. No lo hacen por amor al arte como se deber hacer una obra. Es
lamentable que artistas que en un tiempo eran buenos y ganadores de premios hoy
estén cuesta abajo y en decadencia. Es lamentable que artistas que prometían o
tenían calidad hayan bajado tanto por ese factor. Yo no me explico a qué se
debe.”
¿No creés que tenga alguna relación con la
situación económica?
--“A veces es eso pero también hay mucho de la decadencia del medio”.
¿Un medio bien reducido y asfixiante?
--“Sí no creas,
se contamina el artista. Nadie es inmune aquí y mucho menos el artista. Tiene
que estar vigilante y tener mucho cuidado para no caer en eso. Tiene que estar despierto
porque a veces sin querer se cae y eso es lo grave. Muchos han caído”.
LOS
PROBLEMAS DEL PINTOR
¿Cuáles son los principales problemas que a
tu juicio enfrenta un pintor en Nicaragua?
--“Lo que ya es sabido y es obvio es el problema económico, pero me
parece que últimamente ha habido demanda. Hay trabajo. Antes del terremoto,
hace 15 años por ejemplo, era muy difícil vender porque se estaba empezando.
Ahora hay apreciación aunque relativa del artista. La gente compra. Nunca en mi
vida había visto tanta demanda. Es un fenómeno raro que se ha dado después del
terremoto. Como que se hubiera despertado la sensibilidad de la gente”.
FOMENTANDO LA APRECIACIÓN
¿No crees que puede haber algo de snobismo?
--“Sí, hay mucho de snobismo pero no se le puede pedir a la gente que
tenga un refinado amor por el arte, pero por lo menos que empiecen por algo.
Hay mucho snobismo, sobre todo en los nuevos ricos, pero algo debe de quedar,
por lo menos se va fomentando la apreciación por el arte empezando por las
clases altas y podría crearse una corriente.”
¿Vos subsistís de tus cuadros completamente?
--“Toda la vida. Cuando no hago murales estoy haciendo mis cuadros, los
expongo o me encargan. Siempre la gente me encarga y yo entrego”
.
Pero hay otros pintores que tienen que
andar con los cuadros debajo del brazo ofreciéndolos.
--“Es triste, sí, es triste y hace muy mal porque se botan, desprecian
su obra. Yo creo que no debe ser así. Buscar como vender en una galería, aunque
aquí son pocas las galerías que promueven y venden.
¿Hay quienes se ven obligados a trabajar en
otras cosas para poder mantenerse?
--“Es preferible. Es mejor que alguien trabaje en otra cosa para tener
medios de subsistencia y darle así valor a su obra como muchos que yo conozco
que trabajan, ganan su sueldo y pintan. Claro que no hay como trabajar en la
misma cosa. Es lo más indicado, porque eso de pintar solamente los domingos se
vuelve uno pintor dominguero y es grave también
…”
Pero además de los problemas económicos…
--“Los otros son de tipo creativo. En la mayoría hay falta de
preparación y también falta de conciencia. El artista no ha tomado mucha
conciencia de lo que es, de la responsabilidad que debe tener. Muchos ven el arte
como un pasatiempo, la mayoría, no lo toman profesionalmente y tomarse la
responsabilidad que implica ser artista, con él mismo, con el público y con su
tiempo”:
LAS COSAS A CONCIENCIA
Hablando de responsabilidades, ¿cuál creés
vos que debe ser la función de la pintura y del pintor en una sociedad como la
nuestra?
--“Hacer las cosas a conciencia. Aunque nos equivoquemos tenemos la
obligación de intentar hacerlo. Claro que si uno no es genio ya no puede pero
debemos hacer lo máximo, y tratar de dar al mundo lo que puede. Uno tiene que
darse con el alma, la vida entera.”
Eso como artista, pero como individuo…
--“El artista tiene ante la sociedad una responsabilidad: no es un ente
aparte, no vive en un nicho de cristal. Al artista, sobre todo en esta época,
lo menos que se le puede pedir es que sea honesto, que no entre a la
corrupción, es decir, que no se aliene. Estar en vigilia, en guardia.
Consciente de sus responsabilidades como pintor y como individuo.”
SON CONTADOS
¿Del terremoto a esta fecha cuál es la
diferencia en la pintura nicaragüense?
--“Yo diría que no hay mucha
diferencia sólo que ha proliferado la producción pero disminuyendo la calidad.
Hay muchos pintores y se pinta más, pero la calidad es inferior. Son contados
los que se mantienen.”
¿Cuál es a tu juicio el mejor pintor
nicaragüense de todos los tiempos?
--“Armando Morales, indudablemente. Después Alejandro Arosteguí. Yo
había dicho esto hace mucho tiempo y ahora acaba de confirmarlo Gómez Sicre.
Por lo demás, me gustaría hacer un análisis completo de la pintura
nicaragüense, pero en un trabajo extenso. Esta labor debería en realidad ser
hecha por críticos de arte que aquí no hay.”
Describime un día ordinario en tu vida
actual…
--“Yo soy haragán. Me levanto tarde, a las 9. Hago mis quehaceres, mis
mandados y trabajo después de mediodía,
en la tarde y en la noche. En la noche no salgo, me da horror. Generalmente me
quedo leyendo o sí tengo algún proyecto ya con la calma puedo trabajar. Si no,
me estoy pensando hasta que me salen las ideas. A veces no se me ocurre nada,
pero tengo cierta calistenia. Me olvido, hago otra cosa, salgo a caminar. Yo
camino kilómetros, porque caminar me da lucidez. En el momento menos esperado
ya mi mente está descansada y viene la idea. Entonces es cuestión de correr,
agarrar lápiz y papel. Si no me sale pro mucho coco u e haga no me va a salir,
mejor lo abandono y espero sin forzar.
Por otra parte, yo cocino, barro, crío a mis animales, las plantas.”
¿Cómo definirías vos a LEONCIO SÁENZ, ahora,
el campesino que lleva ya más de 20 años dedicado al arte?
--“Sigo siendo el mismo campesino, oís…? Me considero campesino siempre.
No creo que haya cambiado porque mi manera de sentir es la misma.”
NOSTALGIA POR EL CAMPO
¿Vas con frecuencia a tu comarca?
--“Voy mentalmente. Hago lo de Alfonso Cortés en aquel famoso poema:
“estando aquí de allá me llaman”. Siento nostalgia por el campo, pero ya no
puedo vivir allí y tengo que vivir en la ciudad aunque me repugna, sobre todo,
Managua porque es inhumana.
¿Cómo es una ciudad humana para vos?
--“Pues una ciudad sin ruido, donde no haya todos los males que ya conocemos. Casas con dignidad, con jardín,
sin chismorreos. En el campo existe la gente sana y esa es la nostalgia que
siento porque hay esa relación humana. Si uno pasa, la gente lo saluda. Yo no
podría vivir en Nueva York, por ejemplo.
Es horrible. A mí lugar regreso una vez al año porque aquí vivo lleno de trabajo
y no puedo desprenderme. Detesto también la mezquindad, la pequeñez que se
siente en las ciudades pequeñas, y allí tampoco podría vivir. En Managua por lo
menos siento un poco más de libertad, vos sabés que a pesar de todo aquí
seguirá siendo la capital del arte…”
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*Entrevista tomada del "Archivo Histórico, Sección Hemerográfica, Dr. Eduardo Pérez-Valle".