Profesor
Sergio Dávila Castellón
Una
extraordinaria exposición de pinturas y litografías del reconocido pintos
nicaragüense Armando Morales, quedó inaugurada la noche del 10 de abril de los
corrientes en la Galería The Americas Collection, en Coral Gables, donde
asistió un público numeroso.
Armando
Morales es uno de los artistas de vanguardia de mayor envergadura y representa
uno de los valores más cimeros de la plástica latinoamericana contemporánea. Su
obra constituye uno de los aportes más genuinos por encontrar soluciones
estéticas profundas dentro del vasto mundo pictórico de hoy. Resulta palmario
que la pintura de Morales no es ni ha sido nunca el resultado de recursos
trillados encajonados, de felices recetas o de amaneramientos técnicos
limitantes, sino el de una paulatina y vasta red de asimilaciones de la
naturaleza y de los museos, producto de una aguda reflexión intelectual unida a
una larga experiencia y a una percepción visual fuera de lo común, que han ido
dando forma a su obra hasta colocarla dentro de calidades tonales, lumínicas y
texturales que han otorgado un efecto pictórico trascendente en sus cuadros.
Desde
sus inicios de hace más de cuatro décadas, el pintor se mantuvo durante casi
dos de ellas dentro del campo de la abstracción constructiva, después de sus
primeras incursiones dentro del realismo inicial en la Escuela de Bellas Artes
con la certera orientación del maestro Rodrigo Peñalba. Después fue
profundizado su arte hacia calidades pictóricas cada vez más amplias, donde los
recursos técnicos y estéticos enfrentaban problemas del espacio y del sentido
arquitectónico de las formas, ejecutando sus obras con gamas sobrias que no
obstante recorrían y planteaban diversas insinuaciones cromáticas.
Sin
embargo, alrededor de la década de los 70, su pintura fue tendiendo otra vez
hacia un paulatino figurativismo, abarcando poco a poco diversos temas que en
realidad ya antes había tratado y que ahora renovaba con vigor y con una visión
más lúcida y penetrante.
Pero
estos temas conservaron siempre elementos esenciales pictóricos que con
anterioridad había desarrollado en su pintura abstracta, como la estructura
formal rigurosa, la economía cromática, su precisión lineal y su constante
inquietud por el problema espacial. Ahora su mundo pictórico se enriquecía con
nuevos elementos y planteamientos estéticos, abría paso a nuevos contenidos
dentro de un mundo mágico y metafísico que otorgaban naturalidad y contundencia
a sus creaciones, hasta llegar el pintor a obtener efectos plásticos de la
mayor hermosura y magnificencia en la calidad pictórica de la obra.
Temas
como el desnudo femenino, ubicado a veces dentro de complejas arquitecturas o
fondos marinos, magníficos bodegones, tratados con agudeza lineal y delicado
cromatismo, selvas amazónicas a veces tupidas o con troncos vibrantes de luz y
color, escenas taurinas ejecutadas en formatos pequeños en pintura breve
directa o casi directa, temas religiosos llevados a lo solemne y expresivo, han
ido poblando sus telas en los últimos veinte años, enriqueciendo y consolidando
su ya vasto mundo plástico cada vez más, tanto en su aspecto estético como en
su contenido y en sus temas. Su obra es por lo tanto el producto de una mente
amplia y artísticamente generosa que rechaza todo tipo de estancamientos. Es
por ello contraria a la de otros que determinan su trabajo durante largas
décadas dentro de ciertos límites técnicos, estéticos y temáticos. La pintura
de Morales es abarcante en los más amplios sentidos y evade las limitaciones
para ordenarse dentro de distintos géneros y en diversos efectos visuales que
va dejando liberar poco a poco dentro de una evolución rica y penetrante. Nada
es mecánico y frío. Si hay preconcepción, hay también espontaneidad, si hay
razonamiento hay también intuición, si hay voluntad hay también abandono. Se reúnen
en su obra elementos paradójicos que desembocan en un arte completo, íntegro y
total, a la manera de los antiguos maestros, que consideraban el arte como una
síntesis indisoluble de técnica, estética y contenido, manteniendo un vasto
acopio de conocimientos técnicos-artísticos y humanísticos que unidos a una
precisa observación de la naturaleza, mantenía siempre vivo y fresco el impulso
creador, condiciones éstas indispensables del artista total.
La
obra de Morales ofrece un efecto de asimilación multicultural, rechaza todo
tipo de ortodoxias pictóricas, pero absorbe las más valiosas influencias
antiguas y modernas hasta depurarlas dentro de un nuevo resultado estético.
En
su pintura, los objetos son trascendidos de su inmediatez de tales para
convertirse, por el concurso de la alquimia del tratado pictórico puro, en otra
cosa, para ordenarse dentro de otros planos más allá del nuestro. La
monumentalidad en la representación, el efecto de la intemporalidad y de
silencio y la atmósfera de misterio que se aprecia en sus cuadros producen un
ambiente solemne y evocan en alguna medida la obra de pintores tenebristas
claros curales del Siglo XVII, si bien la atmósfera generalmente dorada en que
éstos sumergían sus cuadros, es impulsada hacia el gris frío en muchos cuadros
de Morales. Sus obras no valen, por lo tanto, por lo que en ellas está
representado, sino por lo que está significado. El crea un mundo metafísico y
lírico a través de sus temas, produce un ambiente extraño, ambivalente, a la
vez intangible como el fantasma y material como la piedra, casi místico y casi
físico, antiguo y actual, como la obra del viejo mago de Rembrandt, de los
tiempos pasados, o como la del viejo brujo de Lee, de los tiempos modernos,
que, juntaron elementos antagónicos en sus obras para producir con ello un
asombroso mundo pictórico coherente dentro de una visión.
En
muchas de sus obras, Morales alcanza una delicadísima frescura en la ejecución,
sin perder por ello la profundidad. Hay que saber lo que este hecho representa
pues a veces se obtiene la frescura a costa de perder profundidad o se
consiguen tonos profundos a costa de disminuir o aniquilar la espontaneidad.
Morales es un pintor valorista, íntimo y semicromático. Es eminentemente
arquitectónico, indiscutiblemente formal y evidentemente lírico. Aplasta la
profundidad pictórica sin destruirla, para evitar el hundimiento de la vista en
el fondo, supedita el color a la luz y atenúa en las grandes masas el efecto
fuete de color para envolverlo en la jerarquización de valores tonales,
obteniendo así un enigmático efecto sinergético de forma –luz— color en sus
cuadros. Grises y luces se producen aparentemente tan sin fatiga, como
emergiendo de sí mismo por transparencia de distintos colores, pero que en
realidad fueron obtenidos por medio de un largo proceso técnico.
El
“ensuciamiento” del colores magros de base que él utiliza, con tonos grises
diversos e incluso el negro, probablemente en alguna forma derivado del
Tiziano, más el raspado subsiguiente y el resultante levantamiento parcial del
fondo con sus posteriores vigorizados de
luz y sombra para remate del trabajo, confieren a sus obras de formatos mayores
y un efecto añejo altamente dignificante del color e impecabilidad tonal y
textual que aumenta considerablemente la acicalada calidad de su trabajo, y lo
impulsa hacia el efecto de formas camufladas en que todo queda magnificado por
el encanto y la magia del efecto final, reforzando el contenido poético y
lírico de la ora. Pero estos contenidos, subjetivados por el pintor, no son
deliberados, plenamente conscientes o previos, es decir, procurados, sino
involuntarios, implícitos, ambiguos y subliminales, es decir, liberados, a los
que el artista llega por la capacidad de saber abandonarse a la pintura en el
momento del proceso creador, de dejarla escaparse de sus manos. Son, por lo
tanto, contenidos que deja aparecer y no que provoca, sino en los que
finalmente desemboca. Pero el factor pensante, muy determinante y presente en
su obra, se opera seguramente con mayor agudeza en momentos diferentes al del
momento creador, que sólo reclama el goce y la entrega.
Es
así como puede entenderse que su arte sea una constante preocupación de madurez
pictórica y de meditación que por su propia naturaleza, libera extraño
contenidos. Es una obra de reflexión, no de explosión, de expansión, no de
pasión y de ahí su casi total alejamiento de cualquiera de las formas del
expresionismo delirante.
Causa
verdadera satisfacción el contemplar y recorrer de cerca con la vista la
superficie de las peculiares pinturas de Morales, detenerse en las finas
texturas y hundimientos de colores disyuntivos, donde las transiciones pasan de
un tono a otro en forma tan natural, ahogando formas y resaltando luce, creando
incisiones dactilares, insinuaciones anatómicas, y vibraciones cromáticas,
modelando las formas y modulando el color, todo lo que sugiere una realidad
onírica que paraliza la vista y distrae las preocupaciones.
En
muchas de estas obras de Armando, sobre todo en las que el desnudo femenino está
presente, ha alcanzado ya él una mágica euritmia pictórica de proporciones
estelares dentro de y una concepción visionaria, donde el enigma y el símbolo
ofrecen diversas interrogantes. Se puede entonces ya hablar del estro y la
entelequia.
Por
ello es que muchas de sus pinturas se presentan a los ojos del espectador
moderno como extrañas y valiosas preseas.
Hoy
Morales es considerado uno de los mayores artistas de América Latina y sus
pinturas son pertenencias de museos y coleccionistas privados. En el mañana, él
será sin duda uno de todos los tiempos, y su obra, Patrimonio de la Humanidad.
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*Breves datos biográficos sobre Sergio Dávila Castellón
Exdirector
de la Escuela Nacional de Bellas Artes y exprofesor de pintura e historia del
arte de la misma institución.
Excatedrático
en Historia del Arte y Pintura de la Universidad Politécnica de Nicaragua.
Ha
participado en más de 50 exposiciones colectivas de pintura en América Central,
América del Sur, Estados Unidos y Europa.
Personalmente
ha exhibido en Nicaragua y fuera de ella.
Ha
sido invitado especial para diversas bienales de Arte, incluyendo de
Valparaíso, Chile.
Ha
viajado extensamente por Europa y otros países de Latinoamérica y los Estados
Unidos en gira de investigaciones artísticas.
Ha
sido becado en diversos organismos para estudios de perfeccionamiento
artístico.
Ha
publicado numerosos ensayos sobre arte en periódicos de Nicaragua, Guatemala y
EE.UU.
Ha
sido incluido y seleccionado para participar en eventos artísticos en diversos
países y en los Estados Unidos.
Ha
sido nombre jurado para diversos certámenes artísticos en su país.
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