No. 19 – ÉL (EN MONTE CALVARIO 1992, 27
Marzo, corregido 1996)
Nosotros nos alejamos
de El (Así fuimos, así somos y así seremos)
Él se liberó de
las sombras y lastres del barro.
Nosotros quedamos
girando empapados de aire,
atrapados a este
desavenir incómodo y arduo.
Él emergió
brillante del sepulcro donde aún yacemos entre presagios
amortajados con
la desventura del abrazo mortal y oscuro de la parca.
En realidad quien
entierra a sus muertos es Él, porque ¡nosotros
somos sus
muertos!
Aún hay
sobresaltada poesía en un repicar de telefónico
y cuánta más no
habrá en el sonar de la fatídica trompeta final.
Nos quedan tantos
racimos y mitos sombríos para tragar y soportarlos
Que no amerita
cargar esto fardos y esta inútil tregua
de nuestra noche
de trinos empalagada, ruiseñores noctámbulos y mieles en la
tiniebla cataléptica,
donde yacemos
cobarde e incapaces por no enterrarnos a nosotros
mismos
para surgir
airosos del sepulcro y aferrar el paraíso que aún existe
abrumados de
calamidad e infinitos pecadillos originales vivos,
calientes
y convulsos como
aquellos peces rústicos que Él sacó fuera de las
aguas
del mítico mar de
Galilea!
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