viernes, 29 de septiembre de 2017

OROZCO EN EL CENTRO DE DIFUSIÓN CULTURAL DE SAN LUIS POTOSI. En: México. Revista de revistas. Publicación semanal por Excel Sior. Edición Internacional No 307. 19 de abril de 1978.




     Personalmente detesto representar en mis obras al tipo odioso y degenerado del pueblo bajo y que generalmente se tomo como asunto “pintoresco” para halagar al turista o lucrar a su costa. Somos nosotros meros responsable de haber permitido que se haya creado y robustecido la idea de que el ridículo charro y la insulsa “china poblana” representen el llamado “mexicanismo” y lamento profundamente que el no menos ridículo “jarabe tapatío” se haya popularizado entre las clases que se llaman a sí mismas cultas y educadas”.

     Lleno de santa indignación, José Clemente Orozco definía así lo que en alguna época dio por llamarse “nacionalismo artístico”, ya que para él tal nacionalismo no podía consistir en una indumentaria teatral ni en canciones populares de dudoso mérito sino en una verdadera contribución a la civilización humana.

  FUERA HUARACHES Y MUGRE



Orozco, los ojos empequeñecidos por los gruesos lentes que ayudaban a contrarrestar la miopía, renunciaba así  a pintar huaraches y calzoncillos mugrosos, no quería sombreros de ala ancha en el arte, que jamás mezcló con la moralidad o falta de ella.



     Así pues, que mejor exponente de la contribución de México a la civilización mundial que la obra del propio Orozco, con una muestra de la cual  inaugura un nuevo centro cultural en la hasta ahora prácticamente abandonada provincia.

     El Centro de Difusión Cultural Potosino abre, según palabras del licenciado Juan José Bremer, director del INVA, una nueva perspectiva para el cultivo, fomento. Promoción y difusión de las artes como parte del pro ceso de descentralización cultural que dicho instituto se ha trazado.


     “En una época en que parecen palidecer los más genuinos valores humanos ─dijo Bremer─ la aptitud para percibir nuestro entorno, la perseverancia, la creatividad, la decisión de superar grandes obstáculos, sobrellevar pesadas cargas y asumir elevadas tareas…, no es posible olvidar que el arte ha ejercido y debe  ejercer una influencia liberadora.



LA AUTOBIOGRAFÍA DE LOS PUEBLOS



     “Un pensador contemporáneo señala que los pueblos escriben su biografía en tres manuscritos fundamentales, el libro de sus acciones, el de sus palabras y el de su arte”.


     Así pues, aunque en lo arquitectónico el edificio del nuevo centro viene a romper la tradición colonial, por otro lado, su fundación rompe también el colonialismo espiritual y se erige como una nueva posibilidad de proporciona a nuestros hermanos que no tienen el “privilegio” ni “la dicha” de vivir en la abigarrada y enloquecedora urbe, una nueva y muy valiosa oportunidad de elevar su espíritu.

      
    

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