*Joven
pintor sordomudo gana premio Centroamericano.
*Cuadros
del silencio.
Tres
fotos de SILVIO MIRANDA y su expresivo lenguaje de sordo mudo, mientras era
entrevistado por Edwin Yllescas acerca de sus opiniones artísticas y de su obra
pictórica. Las pinturas y esculturas de este sorprendente artista joven
nicaragüense ya venían conquistando premios y llamando la atención del público
nicaragüense desde hace años. Desde muy niño se destacó por su admirable don de
dibujante y pintor en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde fue formado y
donde sigue trabajando.
Silvio Miranda, joven pintor de 18 años,
perteneciente a una familia de pocos recursos, y en la cual además de él hay
otra hermana sordo-muda, representa dentro de la Pintura Nicaragüense un caso
único y una extraña esperanza: su condición de sordomudo le ha colocado de una
manera especial y llena de originalidad frente al mundo externo e interno.
Cada uno de sus cuadros está situado, o
mejor dicho inmerso en el silencio verbal y auditivo, sensorialmente sus
cuadros carecen de verbo y acústica, sus retratos, especialmente los de
mujeres, parecen ser también ellas sordo-mudas, pero igual que en él, esa
ausencia está sustituida por el ojo, y maravillosamente sustituida.
Su misma admiración por Velázquez y Van
Gogh, se pueden explicar por el ojo, Silvio ve y oye la luz y el sol de
Velázquez y Van Gogh, e incluso lo que él –según el intérprete— llama la nota
solar de Beethoven. Su paralelo entre Beethoven y Van Gogh no es absolutamente
azaroso, Beethoven suena a veces como templado por el Sol.
No resulta raro pues que su admiración
primera por Van Gogh se haya desplazado hacia Velázquez lo que hace con ese
cambio es avanzar linealmente hacia el nacimiento del rayo, hacia una luz no
sólo americanísima en su expresión como la de Van Gogh, sino
hispanoamericanísima desde su raíz, injertada, como la de Velázquez.
Interesante para una pausada meditación
resulta la respuesta de “abstracto para
los demás, no para mí” con que define su pintura, ya que esta sensibilidad
enclaustrada sufre de una oscilación entre lo abstracto y lo naturalista, pero
se trata como también él lo ha dicho, de sentimientos que se expresan
espontáneamente por esa vía, lo cual los convierte en acto vital, que puede
resultar tan abstracto a los demás como un beso a los marcianos.
La presente entrevista de Silvio Miranda,
co-ganador del Primer Premio del Décimo Certamen de Pintura Centroamericana,
efectuado en El Salvador, fue realizada por medio de un intérprete. La
traslación del alfabeto manual con que Silvio se expresa, al alfabeto común fue
hecha siguiendo las palabras del intérprete, y acentuando estas según el corte,
rapidez y violencia de la profusión de gestos de Miranda.
Esas mismas respuestas revelaban un alto
sentido crítico, una madurez y una independencia casi desconocida entre el
grueso de los “pintadores criollos”, muchos de los cuales si no se sindicalizan
para el decorativismo político, lo hacen para el decorativismo social, lo que
les resulta muy bien pagado por los partidos políticos o por cierta sociedad
mórbida.
Su recomendación de coraje, trabajo y más
trabajo para los pintores nicaragüenses debería ser escuchada con especial
atención. Viene de un joven encerrado en la más pura cárcel del arte.
¿Qué
piensa del Premio?
--Estoy satisfecho. Pero uno no debe
sentirse orgulloso por eso.
Cuando leí el telegrama lo tomé con calma,
se puede esperar todo porque todo está en las manos de
Dios.
¿Cree
Ud. que los cuadros enviados al certamen merecían el Premio?
--Por lo menos merecían ser enviados. Son
cuadros abstractos pero con cierto sentido.
¿Qué
piensa sobre el Arte?
--En pintura lo único que admiro es a
Velázquez. No sé decir nada sobre el resto del arte. Lo siento mucho. Velázquez
es el único que me produce sentimientos. Domina como nadie el carácter. Él ha
influido en mi pintura, lo he estudiado y
copiado durante meses y años. No duermo pensando en Velázquez.
Hace
algún tiempo se supo que Ud. sentía una gran admiración por Van Gogh, y que eso influía en su pintura. ¿Ha cambiado a
Van Gogh por Velázquez?
--A Van Gogh lo estudié mucho, pero ahora Velázquez y
también Goya me han hecho olvidarlo. Vicent se me fue por completo, pero su
empaste violento es una cosa que está en mí.
¿Usted
habló de Goya, qué pasa con él?
--Su sentido trágico y la soltura de su
línea me impresionan, sus rostros macabros están en toda la pintura moderna.
Pero Velázquez sigue siendo el primero, por lo menos mí primero.
¿Acaso
no existe para Ud. una época pictórica llamada “Impresionismo”?
--Es una cosa moderada, hay buenos y malos.
Cezanne está bueno por su técnica suelta, sus empastes y su solidez. Manet por
lo realista, Gauguín es la mejor área simplificada. Pizarro no me gusta, todo
lo hace a la brava. La alegría de Renoir me impresiona, pero no la entiendo.
A
propósito de la alegría, ¿Ud. la ha experimentado?
--Vivo alegre. Nunca me enojo. Creo que la
alegría depende de Dios no del hombre.
Suena
un piano en su forma más grave. Silvio interrumpe la respuesta sobre “su”,
alegría, y según el intérprete comienza a hablar sobre música, sobre Beethoven.
--Beethoven es otro de los pocos artistas
que me hace sentir. Hay entre él y Van Gogh una similitud rara, ambos estaban
obsesionados por un color y una nota
solar. El empate violento y la nota grave me parecen el mismo sentimiento.
Cuando veo a Van Gogh pienso en Beethoven, y cuando pienso en Beethoven veo a
Van Gogh.
El
entrevistador corta el tema de la música; el de la alegría ha quedado en su
lugar, y vuelve ahora con el del “Expresionismo”.
¿Y
los expresionistas?
--Goya es el primero de los expresionistas,
de él nace todo lo que se conoce con el nombre de expresionismo. De ellos me
gusta como trasmutan la realidad en expresión vital. Eso yo lo he
experimentado.
¿Qué
trata Ud. de experimentar y hacer con su pintura?
--Sólo espero en Dios, no sé lo que va a
pasar, pero deseo llevar el retrato a un máximo de simplicidad. Allí es donde
me siento Silvio Miranda.
¿Se
considera Ud. fuera de las actuales corrientes pictóricas concretamente fuera
de la ola abstracta?
--No. Me debato entre el arte abstracto y
el retrato, estas dos cuestiones me persiguen. Algunos de mis sentimientos sólo
los puedo expresar de una manera que resulta abstracta para los demás, no para
mí.
Otros de mis sentimientos necesitan un
retrato. La sola abstracción es mala, no hay que olvidar la naturaleza.
En
relación al arte abstracto ¿qué piensa de Armando Morales?
--No me importa Morales. No es un genio
como algunos creen, pero es un gran artista. Admiro sus cuadros con moderación.
Él ha ganado muchos premios, pero eso no tiene ningún interés. De niño lo
admiré mucho, ahora que tengo más edad he corregido eso, actualmente procedo
según me siento.
Quiere
decir eso, que Ud. no considera que Armando Morales sea el mejor pintor de
Nicaragua.
--Sin discusión alguna él es el mejor pintor de Nicaragua y uno de los
mejores de Latinoamérica. Es bueno en su totalidad. Después de él, reconozco
que Peñalba es un gran retratista.
¿Qué
opina sobre la Pintura Nicaragüense?
--Le falta mucho trabajo. No está a la
altura de otros países menos dotados. Hay ahora mucho decorativismo social y
político. Se debería observar el ejemplo de Morales que es un gran trabajador.
En general hace falta coraje y trabajo y más trabajo.
A
propósito de “decorativismo político”, ¿qué piensa del arte de tendencia?
--Solamente Orozco, Siqueiros y Rivera son
los que valen, y no por su tendencia, sino por su calidad artística. Los demás
en Nicaragua y en todas partes caen en lo vulgar.
¿Y
la exposición de Picasso qué le parece?
--Picasso es un hombre indiscutible, es
maestro de maestros. Dalí a su lado es un enano que no da vida.
Para
terminar, ¿cree Ud. que su condición de sordomudo ha influido en su pintura?
--La pintura suple mi voz y mi oído, Dios
me ha señalado ese camino. La pintura es mí
único contacto con el mundo exterior. Todos los días rezo humildemente
para que Dios me de voz y oído, o por lo menos una de las dos cosas, y siempre
por la mañana me levanto esperando que haya sucedido el milagro, y eso lo
espero desde algunos años. Pero nunca viene.
Sin embargo, Dios no deja de estar en el
centro de mi vida.
¿Después
de la pintura, hay otra actividad que atraiga su interés?
--He practicado la joyería, la relojería,
armo y desarmo todo lo que cae en mis manos, pero ninguno de esos caminos es el
mío.
¿Tiene
Ud. algo más que agregar?
--Sí. No me interesa lo que digan las
revistas y los periódicos acerca de mí. Preferiría jugar ajedrez antes que leer
algo sobre mí.