Se trata del grito de una indígena, en un
rito lunar. Por eso podréis apreciar la tendencia selenoide en la cabeza de la
modelo; igualmente sus extremidades deformadas en una casi semejanza a la
realidad étnica-social; por añadidura, los colores marrones y rojizos del color
de la tez equivalen a los representativos de nuestras indias.
Este estilo figurista moderno, se aparta de
los abstracto informe. Conserva la característica, pero se identifica hacia la
naturalidad. Los contornos de la modelo así lo certifican. Eso en cuanto a la
conformatura anatómica. En lo cromático, CÉSAR CARACAS, autor de este óleo,
aplicó una combinación de picassianismo y otra proporción de blancos, grises,
azules, rojizos y marrones.
El cuadro en referencia está expuesto en el
tramo centroamericano de la Feria de Houston, Texas, desde el 6 de Abril de
este año, patrocinado por doña Esperanza Portocarrero de Somoza, y la Dirección
General de Turismo de Nicaragua. Los expertos le han adjudicado un valor de
quinientos dólares, para comenzar. Su autor, que también es un consumado
muralista, y por ende, un gran artista, tiene más méritos inéditos, que
públicos, debido, en parte egoísta, ya que sus obras no han recibido el favor
de los divulgadores del arte.
Por la otra, a César se le enrostra su
disponibilidad monetaria, pues, además de procurarse reales con la venta de sus
cuadros (que son bien cotizados), César dicta clases de 2º año de intermediaria
en el Maestro Gabriel, en el Cervantes, en el Colegio Americano, y en el San
Francisco de Asís, de acuerdo a su capacitación magisterial recibida en la
Academia San Marcos de Florencia, Italia, para molestia de algunos.
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