lunes, 11 de agosto de 2014

COMENTARIOS AL SÉPTIMO CERTAMEN NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS. Por: Camilo Minero. En: El Nuevo Diario, 3 de agosto de 1987.




El 15 de julio se inauguró la Exposición del Certamen Nacional, en Homenaje al VIII Aniversario de la Revolución Sandinista, en el Teatro Popular “Rubén Darío”, con la participación de 122 artistas. Siendo el evento artístico más importante de lo que va 1987; existe júbilo entre los artistas y amantes del arte, lo cual constituye un avance cultural espléndido de la Revolución Popular.

En la muestra no se perciben acentos pictóricos nuevos de carácter nacional. Nuestros artistas están “enconchados dentro de las corrientes universalistas”, por cierto ya bastante manidas. Sin embargo, los premios otorgados estuvieron a la altura de quienes los merecieron.

No disponemos de espacio suficiente para comentar todas las obras de la exposición. Nos limitamos a considerar a grandes rasgos algunas obras, sin prejuicios de no acertar, sino más que todo, dar aliento para seguir adelante en estas quijotadas del arte.

El cuadro premiado de la pintora primitivista nacional Hilda Vogl “Nicaragua tierra adentro”, es verdaderamente una preciosa obra concebida en delicados matices fríos en los tres términos del paisaje, no omite detalles bien trabajados. Es decir, Hilda mete el pincel hasta en el último escondrijo con especial interés de que el motivo campestre obtenga la calidad artística necesaria.

Julio Reyes aparece en este certamen con dos obras bastante novedosas, de contenido social, diferenciando en cortes de madera donde plasma temas racionales de guerra en una simbología denunciadora. Son cuadros interesantes que por primera vez se observan en una exposición en Nicaragua. Uno de ellos está en soporte tipo “Shapedeanvas”, algo insólito, pero así es.

Julie Aguirre se mantiene en un primitivismo de avanzada, en el sentido de superación en temas de hogares humildes de la ciudad. Como ejemplo, su tríptico “Mujeres”, de pinceladas en tonos fríos, pero con un encanto de matices planos, sin claroscuros en armonía total. No emplea colores estridentes ni fuertes contrastes, todo es suave y melancólico. Interesante es también el piso, por su diseño en ilusión óptica. Creemos que Hilda y Julie se van apartando poco a poco del primitivismo propiamente dicho. Queremos decir, que por la técnica pictórica depurada que emplean,  ya están muy  cerca del ingenuismo “naif”.

Miguel Ángel Abarca, en sus tallas en alto relieve y diseño sinuoso, las formas no son grotescas ni clásicas sino americanas casi primitivas por su origen, pero de un oficio fino de sentido plástico de los cóncavo y lo convexo. El diseño de Abarca, por el claroscuro del volumen tiene reminiscencia muy característica de los escultores y talladores primitivos italianos. Sus tallas sugieren otras formas, además de la concebida, son selváticas.

“Muchachas en Tiempos del Cólera”, de Sergio Velásquez, es una pintura elocuente por su creación fantasmagórica, de sueño matutino. Desde el punto de vista de su imaginación, atrae. Sin trucos ni efectismo para sorprender está tratada esta obra. Es obra de sinceridad pictórica. Sus formas y concepción tienen revelación con el cosmos, etéreas, flotantes en un espacio terrenal. Los colores luminosos a base de turquí, naranjas y rosas violáceas enriquecen a las muchachas en tiempos del cólera.

Leonel Cerrato presentó un mosaico titulado “Gentes Cargando”, en gamas frías de los colores del marmolín y otras piedras naturales. Impresiona la temática de fondo, inspirado en las gentes de las calle, simples y  sencillas. Pero Leonel las embellece, con su arte: gentes cargando, las describe como un fenómeno social.

Denis Sándigo García es un joven artista recién salido de la Escuela N. de Artes Plásticas, que se está destacando con sus obras de carácter representativo en motivos de la vida real. Sándigo busca los detalles para darles un modelo de luces  y sombras en contrastes. Por ejemplo, su pintura “Descanso” refleja muchas inquietudes pictóricas.

Muy importante es la muestra gráfica de esta exposición, atractiva. Refleja un avance técnico y artístico en general. No cabe duda que el grabado de caballete y la serigrafía ha alcanzado enorme relevancia a la altura profesional. Arnoldo Talavera, por ejemplo, ha dado un salto eficaz en su serigrafía. Es fiel en la técnica y materiales inclusive sus ideas son sinceras. El mismo Óscar Rodríguez en el grabado, dibujo y serigrafía es un incansable investigador de la impresión gráfica. A los demás gráficos los consideramos en el mismo campo, adelantados en estas difíciles técnicas, pero hermosas e interesantes en el concierto universal del arte.


Para concluir esta cuartilla, queremos manifestar que nos encantaría mirar otras obras de Damaris Sepúlveda, para tener ideas más exactas, porque su “Ríos Rojos en la Montaña” es interesante. Lo mismo diríamos de Juan José Robles y otros más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario